Alta velocidad

 Alta velocidad


El martes nos tocó madrugar bastante porque poníamos rumbo a París y habíamos quedad a las nueve menos diez en la estación de tren. Una vez allí nos despedimos de nuestros compañeros y de las familias y nos subimos al tren con dirección Colonia. La velocidad de los trenes es increíble, llegan a alcanzar más de 330 kilómetros por hora ¿no os parece una pasada? También es interesante que la gran parte de la energía que emplean los trenes procede de fuentes limpias y no contaminantes. 


Cuando llegamos a París fuimos andando hasta nuestro hotel, que era el mismo que el de la vez anterior. Después de dejar todo en las habitaciones fuimos caminando hasta Montmartre. Esta parte de París es preciosa y con toda la iluminación navideña y el olor a crêpe... A la noche fuimos a cenar y luego pusimos rumbo al hotel porque al día siguiente tocaba un largo viaje hasta casa. 

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